L a c A s A d E t e R e S a

L a   c A s A   d E   t e R e S a

Somos la Constituyente Social!!! Ahora es cuando!!!




El viernes desde las 17hs. te esperamos en el Obelisco para seguir construyendo la Constituyente Social. Habrá bandas en vivo, distintos stands de las organizaciones que participan de la convocatoria y una radio abierta.
Unámonos para nacionalizar la esperanza!!!
Por pan, trabajo y un pueblo feliz,
Somos la Constituyente Social!!!

MACRI, LA CIUDAD NO ES TU EMPRESA

las recientes noticias periodísticas acerca del destino que se le asignará a los primeros 800 efectivos de la Policía Metropolitana demuestran una vez más que el rol que pretende darle el Jefe de Gobierno Porteño a la misma es de reprimir y callar a quienes gritan, cada día más fuerte, por sus derechos.

La División de Operaciones Especiales Metropolitanas (DOEM), un pretendido grupo de élite policial, se conformará por 80 personas, el 10 por ciento de los efectivos totales de la fuerza (un porcentaje fuera de toda proporción razonable), “para intervenir en tomas de rehenes, reducción de personas con problemas de demencia y otras hipótesis de conflicto”. Este grupo, al estilo SWAT, estará conformado (según trascendidos) por personal proveniente del GEOF (de la PFA), del Grupo Halcón (Policía Bonaerense) y antiguos integrantes de los grupos especiales de la Prefectura Naval Argentina (Albatros, recordados por su participación en una de las rebeliones carapintadas), la Gendarmería Nacional (Alacranes) e incluso comandos de las Fuerzas Armadas (por ejemplo, de la Infantería de Marina), armados con fusiles automáticos de tipo militar. Probablemente, terminen usando este grupo para allanamientos en villas de emergencia (como el GEOF de la PFA) o desalojos de familias pobres (como el GE-1, el otro grupo especial de la PFA)

La conclusión es ineludible. La Policía Metropolitana, desde el jefe elegido hasta su organización interna, es una reproducción de los peores aspectos represivos de su pariente más antigua, la Policía Federal Argentina, centrada hasta un punto inimaginable en la represión de la oposición social o política y, especialmente, de los hombres que tengan la desgracia de habitar (o transitar) la ciudad gobernada por el ingeniero. Ninguna organización policial tiene un 10% de sus integrantes dedicados a fuerzas especiales, ni destina la mitad de sus integrantes a la represión de manifestaciones o al desalojo de personas sin hogar.

Por supuesto, los porteños que hayan apoyado la creación de esta policía creyendo que sería utilizada para enfrentar delitos graves, se equivocaron. Para los delitos graves no hay policía ni cárcel, sólo oficinas de lujo en Puerto Madero. Por otro lado, los homicidios, violaciones y secuestros no se previenen ni solucionan con grupos comandos, ni con tropas destinadas a imponer con sus bastones el “orden público” deseado por sus patrocinadores.

La industria de la delincuencia es un negocio multimillonario. Y detrás de todo gran negocio hay siempre un buen plan de ventas y una publicidad efectiva, es por eso que la pobreza y la delincuencia van de la mano. Para las constructoras y las empresas de seguridad donde se depositan los residuos de las fuerzas policiales, el índice de criminalidad interesa más que las oscilaciones del MerVal y el dólar: el negocio crece si la violencia cotiza en alza. En este mercado el vecino temeroso que disfraza la propia opinión con el discurso de la inseguridad es el mejor cliente y la mejor propaganda.

Y ya tenemos antecedentes. La existencia de una patota dependiente del gobierno porteño, formada por apenas una treintena de integrantes y sin autorización de portar armas, la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), ha derivado en la represión de personas en situación de calle. No es necesaria mucha imaginación para comprender en qué desastre se puede convertir esta ciudad con 800 ejecutores armados de la política de Macri…

Sabemos que los actores que van a estar en la primer línea de fuego en el “combate contra la inseguridad” van a ser nuestros pibes, los niños, jóvenes, adolescentes pobres, los que estamos en la calle y los que protestamos contra la privatización de la cultura, la salud y la educación.

Quieren que la vida no valga NADA.

Basta de criminalizar la pobreza, basta de criminalizar la protesta.

Esta policía es más injusticia.

MACRI LA CIUDAD NO ES TU EMPRESA

11 de octubre, último día de libertad de los pueblos originarios



domingo 11/10 21hs...
(lunes feriado)

¡VARIETÉ del TERESA!


música+teatro+proyecciones

Trio Abarca>
Piedra, papel o tijera>
lupercas teatro
entrada 8p.

11 de octubre, último día de libertad de los pueblos originarios